Tras un trimestre tan largo como este ultimo cuando por fin acaba lo que mas deseas en el mundo son unos días de relax. Y si puede ser en un sitio algo apartado de la rutina mejor ya que te será más fácil desconectar. ¿Y qué mejor que una semana a 550 km de casa en un pequeño pueblo de playa para así desconectar totalmente? Parece una idea tentadora asi que hicimos las maletas , cogimos el coche y para allá que vamos. Miramos el pronostico del tiempo, parece todo perfecto advierte de unos leves chubascos al final de la semana, no parece algo importante. Tras muchas canciones, paradas para ir al baño y alguna que otra cabezadita llegamos a la pequeña casa de la playa. Hace sol, empezamos bien. Colocamos las cosas y me bajo a la playa que esta desierta, me mojo los pies en el agua y noto un frio terrible que hace que me duelan los pies. Despues de una hora me vuelvo a subir para casa, cenamos y despues vamos a ver el Madrid- Barça. Los días pasan y el tiempo empeora, al levantarme ya solo veo un cielo cubierto, totalmente gris. Aun asi lo miro por el lado optimista y pienso ya se pasara. No, no no se pasa , sigue a peor y por la tarde empieza a llover. Llegan mis primos y paso la tarde con ellos dentro de casa jugando a juegos de mesa. Asi pasan los cuatro días siguientes asi que decidimos volver a casa porque alli no hay nada que hacer. Gracias tiempo por haberme dejado disfrutar de unos días de playa antes de volver al estrés de la rutina.
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